viernes, abril 02, 2010

La maleta de Carlos


LA MALETA DE CARLOS

Era ella Soraya. La conocí , el día aquel que daba bandazos.
Llevaba una maleta color naranja símbolo de su falta de “media zanahoria” desde que un “sha del Tete” la dejó, a los seis años de casados, por no darle niños ¿y si era él el infértil?...Heredó tanto dinero y prestigio frustrado, que en los lugares públicos nadie se atrevía a servirle pero tampoco a echarla. El hecho de no cobrarle le hacía sentirse mujer aún más culpable, por motivos morales y en vano intentaba pasar desapercibida con improvisados disfraces, algo así como que se sentó en las mesitas privadas de la Avenida de Anaga, sacó una cafetera y un paquete de café del tamaño de una caja de tabaco que guardó ágilmente simulando un miembro viril cambado bajo los pantalones intuyéndose, a la vista, un falo duro como un cuerno de marfil; (de alguna manera tenía que pasar desapercibida), llamó al camarero justo cuando éste se decidía a avanlanzarse sobre ella haciéndose pasar por él y le dijo: ¡Oye!, (al camarero mientras saca de su maleta naranja con el asa de plástico imitando a marfil).: ¿ves este compact disc y esta cinta de video con el título de billy el niño contra la hija de franquenstein? Bueno pues, me las pones en funcionamiento, ya; usa la pantalla más grande y el tono musical en 0,7 decibelios ¡ojo! Que voy a estar mirándote con unos prismáticos, con estos (que saca también de la maleta). ¡ah! Toma, ( y se apodera, sin llegar a quitársela al camarero, de la bandeja que escasos segundos antes, éste iba a usar de ·”espantadero”, hasta que se percató de que era Soraya), la cafetera ya está cargada. Es lo que quiero tomar. El camarero no dijo nada,solo se le iluminó la cara porque sabía que esta mujer tan rara que se intentaba hacer pasar por travestido era...Soraya. Serenamente , terminó de vaciar la maleta... dos revistas de cotilleo con fotografías de su cara pálida, dibujada con las venas, graduadas y transmitiendo el color de su interior, de terciopelo azul, en primera página, futurologándola. Y con el mismo misterio, el último objeto, que sentó a su lado, una calabera. Así , dejó solo al fondo de la maleta, a ella misma, donde se inclina como si se viese reflejada, peinando los azules de terciopelo, sus antepasados, con los que sabe que está empezando una charla muda sobre cómo describir al dueño de una maleta que no cree en las posesiones.

2 comentarios:

Aaronnou. I'm lost. dijo...

Extraño tus letras.

Marie dijo...

jajaja que historia! ,digna para una pelicula En serio me gusto bastante Maria,muy buena.

Te Felicito por el blog :D